Lliurex, una distribución (versión) de Linux desarrollada específicamente para ser instalada en los ordenadores de la Comunidad Valenciana, ha permitido al gobierno regional ahorrar unos cuatro millones de euros al año. Desde que comenzó el proyecto, hace nueve años, el dinero que las arcas públicas han dejado de gastar por usar el sistema operativo libre en lugar de Windows asciende a un total a 36 millones.
Esta distribución de Linux ha sido diseñada con diversas variantes en función de si el usuario final es una escuela, el hogar de un usuario, o pequeñas y medianas empresas, tal como reconocen responsables del gobierno autonómico citados por el programa ISA de la Comisión Europea.
Sofía Bellés, máxima responsable del departamento de tecnologías de la información de la Comunidad, señala además que las próximas implementaciones de este Linux a la valenciana harán más sencilla la actualización del sistema operativo y facilitarán las tareas de mantenimiento en las escuelas regionales, lo que previsiblemente redundará en menores costes de operación.
Entre las nuevas aplicaciones dentro de Lliurex está una que permite coordinar los ordenadores de una misma clase para facilitar la enseñanza de idiomas mediante la creación de un entorno audiovisual multitarea.
Lliurex es sólo uno de los intentos de varias administraciones regionales por sacudirse la dependencia de sistemas operativos cerrados que, además de requerir el pago de costosas licencias, no pueden ser completamente adaptados a las necesidades de la gestión pública.
Ahorrar sin salir de Windows
Junto al uso de Linux, el gobierno regional ya está ahorrando dinero a los contribuyentes al utilizar la suite ofimática LibreOffice en cerca de 120.000 ordenadores de distintos departamentos de la comunidad, incluyendo la administración judicial.
LibreOffice, que en este caso se utiliza dentro de otros sistemas operativos como Windows, es un programa gratuito y también es desarrollado de forma colaborativa.
Con este movimiento, la Comunidad Valenciana se suma a otras iniciativas en favor del software libre que han permitido liberar recursos públicos, como el Ayuntamiento de Múnich (Alemania), que ha migrado todos sus sistemas a Linux, o la Gendarmería francesa, que ha apostado por Ubuntu, la distribución más popular.
Fuente: El economista